Musica

Origen subcultura gótica

martes, 9 de diciembre de 2014

Rima III

Sacudimiento extraño 
que agita las ideas, 
como el huracán empuja 
las olas en tropel; 

murmullo que en el alma 
se eleva y va creciendo, 
como volcán que sordo 
anuncia que va a arder; 

deformes siluetas 
de seres imposibles; 
paisajes que aparecen 
como a través de un tul; 

colores, que fundiéndose 
remedan en el aire 
los átomos del iris, 
que nadan en la luz; 

ideas sin palabras, 
palabras sin sentido; 
cadencias que no tienen 
ni ritmo ni compás; 

memorias y deseo 
de cosas que no existen; 
accesos de alegría, 
impulsos de llorar; 

actividad nerviosa 
que no halla en qué emplearse; 
sin rienda que lo guíe 
caballo volador; 

locura que el espíritu 
exalta y enardece; 
embriaguez divina 
del genio creador... 
¡Tal es la inspiración! 


Gigante voz que el caos 
ordena en el cerebro, 
y entre las sombras hace 
la luz aparecer; 

brillante rienda de oro 
que poderosa enfrena 
de la exaltada mente 
el volador corcel; 

hilo de luz que en haces 
los pensamientos ata; 
sol que las nubes rompe 
y toca en el cenit; 

inteligente mano 
que en un collar de perlas 
consigue las indóciles 
palabras reunir; 

armonioso ritmo 
que con cadencia y número 
las fugitivas notas 
encierra en el compás; 

cincel que el bloque muerde 
la estatua modelando, 
y la belleza plástica 
añade a la ideal; 

atmósfera en que giran 
con orden las ideas, 
cual átomos que agrupa 
recóndita atracción 

raudal en cuyas ondas 
su sed la fiebre apaga; 
oasis que al espíritu 
devuelve su vigor... 

¡Tal es nuestra razón! 
Con ambas siempre lucha 
y de ambas vencedor, 
tan sólo el genio puede 
a un yugo atar las dos.

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